La familia es primero… el ejercicio también
Un rato del día en familia es un ejercicio especial para sentirse bien, pero también lo es para el estado físico y salud mental combinar la convivencia con sus seres queridos y la actividad física durante unos 60 minutos.
En esa hora, padres e hijos comparten tiempo juntos caminando, montando en bicicleta o jugando a las escondidas, por ejemplo (sí, las escondidillas no se han extinguido). «Echarse una potra», correr, saltar la cuerda, etcétera, también cumplen con el propósito de unir a la familia y ejercitar a sus integrantes.
Cada uno de ellos es responsable de multiplicar las opciones de actividades físicas en grupo ideando otras que no han realizado aún: los niños o adultos aficionados a los videojuegos buscan algunos que obliguen a los jugadores a mover el cuerpo o las mamás bailadoras descargan clases de baile para «desempolvar los huesos» de sus esposos.
Las experiencias son muy diversas en la medida en que todas las personas del hogar se involucren en el enriquecimiento del calendario de ejercicios. ¿O creía que no se define una rutina familiar? Lo importante es encontrar el momento en que niños y grandes se encuentren en la casa para que no falte nadie a las reuniones de planificación.
Esa asistencia perfecta también se requiere en las sesiones de las actividades físicas puesto que en ellas el beneficio es doble: significan momentos de cohesión familiar y de ejercitación corporal o dicho de otra forma, se fortalecen los vínculos afectivos y se endurecen los músculos. Si al mismo tiempo se logran ambos objetivos no valen la pena otras ocupaciones simultáneas.
Pero si por alguna razón uno de los miembros se ausenta del ejercicio en familia, conviene que los demás le describan cuán bien la pasaron ese día juntos; porque el fin debe de ser divertirse como hermanos, padres, hijos o esposos por medio de una actividad que conduzca a la unión como grupo.
De ese acercamiento y del trabajo físico se desprenden muchos efectos positivos de los cuales solo enlistamos los siguientes: satisfacción individual, comunicación familiar, capacidad para resolver conflictos colectivos, aumento de la autoestima, control de la ansiedad e incremento de la fortaleza, la resistencia y la coordinación corporal.
Si suena bien lo anterior, imagine conseguir esos beneficios al aire libre cuando salga con su familia fuera de la ciudad o en un paseo de fin de semana a un parque u otra zona recreativa. Quizás sienta menos deleite dentro de la casa pero el provecho que obtendrá será el mismo.
La esencialidad del ejercicio en el hogar consisten en aprovechar cualquier circunstancia para hacerlo con sus seres queridos: si hay que limpiar la casa que cada quien se adueñe de una tarea, como barrer, trapear, limpiar las ventanas, sacudir los muebles, lavar el carro, etc. Sentirse útil, ejercitarse un poco y participar en una labor familiar puede llegar a ser muy grato.
La complacencia personal que conlleva ir al gimnasio frecuentemente, correr solo en la calle o «andar en bici» con los amigos, es comparable a la alegría de pasar un rato agradable en familia durante los ejercicios con ella. Sea un ejemplo para quienes conforman su hogar animándolos a empezar poco a poco una rutina de actividad física grupal.
- On 12 agosto, 2016